CARTA ABIERTA AL AMIGO PERITO
Reproducción de un artículo del arquitecto AGUSTI BORRELL I CALONGE q.e.p.d, publicado
en enero de 1998. (En aquellas fechas Agustín Borrell era el
Presidente de la Agrupación de Arquitectos Expertos, Periciales y
Forenses del Colegio de Arquitectos de Cataluña). Aunque el artículo es
anterior a la entrada en vigor de la LOE, y en el mismo se haga
referencia a alguna normativa que ya no tiene vigencia, el trasfondo o
mensaje del mismo resulta totalmente vigente en la actualidad.
Querido amigo y compañero:
He de confesarte, cuando escribo estas
líneas, que busco en ti a un colaborador, justo e imparcial, que sepa
analizar y criticar mi trabajo y mis errores con la máxima objetividad.
Tanto si actúas como perito de parte como si lo haces revestido de la
autoridad que te da el nombramiento como perito procesal, he de pedirte
que, antes de empezar tu crítica, te pongas en mi piel y analices con
prudencia cuáles son los hechos, cuáles son los motivos de mi posible
torpeza y, en definitiva, que es lo que se puede acreditar que he hecho
mal.
Para ello te pido, ante todo, que actúes
con la máxima competencia profesional. Si no conoces bien parte del
tema, no dejes de consultar a compañeros más expertos en determinadas
materias que te podrán ayudar. Hoy es muy difícil conocer bien todas las
técnicas y todas las Normas, por lo que muy pocos, tal vez ninguno,
puede considerarse un buen conocedor del complejo entresijo normativo en
el que estamos inmersos. No te olvides de que algunas Normas, como las
UNE, son Normas de “normalización” y otras, como las NTE, sólo son
obligatorias si así consta en la Memoria del Proyecto. También he de
pedirte que tengas en cuenta que casi ninguna Norma Básica es
obligatoria a priori, y que el facultativo para decidir si aplica otros
criterios es el que proyecta y dirige la obra y no el perito. No te
extrañe, por ejemplo que haya aceptado un hormigón de 180 Kg/cm², de
resistencia, cuando mi proyecto estaba calculado para 200 Kg/cm². Es una
facultad que la Norma me permite sin necesidad de justificación. Y no
es la única.
También te tengo que pedir que no te fíes
únicamente de los datos del proyecto. En la obra, se cambian cosas, y
ello no siempre se documenta, pero nunca se agrieta una casa porque
falta “un papel”. No caigas en la trampa de los periodistas que siempre
explican que “el edificio se derrumbó porque no tenía licencia de
obras”. He de pedirte que compruebes el canto real de los forjados, las
resistencias reales y, en general, cuál ha sido la realidad de la
ejecución, que finalmente es lo que cuenta. Si me consultas, tal vez te
podré explicar muchas cosas que te servirán para establecer la relación
causa-efecto, que es lo que finalmente te interesa a ti, y por supuesto
al Juez. Sólo te pido objetividad, criterios técnicos basados en normas
obligatorias y una exposición clara y concisa para que la entiendan los
abogados y los jueces. Piensa que tú eres su asesor, y es imprescindible
que te entiendan. Si no te entienden, lo más probable es que saquen
conclusiones erróneas y yo resulte perjudicado.
No te voy a pedir independencia e
imparcialidad, ya que doy por hecho que no me estoy dirigiendo a un
compañero mercenario, que desgraciadamente los hay, sino a uno que
quiere actuar con seriedad y buen hacer profesional. Yo estoy dispuesto a
asumir mis culpas, pero te pido que no seas tú mi juzgador. Te pido
opiniones y criterios técnicos bien fundados, y no una crítica basada en
cómo tú lo hubieses hecho. Recuerda que “cada maestrillo tiene su
librillo”, y que el “librillo” de los demás no tiene que ser
necesariamente “el malo”. Tal vez sea peor que el tuyo, pero no es esto
lo que interesa a la Justicia. Lo que interesa es saber si el mío está
adecuado a lo que exigen las Normas obligatorias.
Si te pones en contacto conmigo te
explicaré por qué la cubierta no cumple la norma térmica, ya que yo
proyecté un desván no habitable, y luego el propietario lo hizo
habitable. Te explicaré por qué modifiqué la cimentación a la vista del
terreno contrastando los datos del estudio geotécnico. Te explicaré en
que hoja del Libro de Órdenes consta como se debía realizar el mimbel.
Te explicaré muchas cosas que estoy seguro te serán útiles para tus
conocimientos y tu imparcialidad. No temas que me sienta incómodo por tu
llamada. Puedes estar seguro de que te lo agradeceré, y tu peritaje
será mejor.
Si no ves claro si los vicios son o no
ruinógenos, dilo con claridad, pero no te dejes llevar por la mala
costumbre de considerar que todo es ruinógeno. Ésta es una mala
costumbre que hemos creado los propios peritos forzando a los Tribunales
a una Jurisprudencia con la que no están de acuerdo la mayoría de los
Magistrados. También tengo que pedirte que analices y ponderes si hay
vicios de dirección o de proyecto, de ejecución o de mantenimiento. Y si
crees que son de suelo, dilo también con claridad. Pero no me imputes
la culpa, ni me repartas porcentajes de responsabilidad. Deja que el
Juez haga su papel. Recuerda que si no ayudas al Juez, éste aplicará una
responsabilidad solidaria, y esto es muy injusto. Pero si te pasas, y
repartes responsabilidades, estás faltando a tus obligaciones. ¡Aunque
te lo pregunten frontalmente! Decir de qué “tipo” de vicio se trata no
equivale a señalar directamente al culpable. Esto ya lo hará su Señoría.
Es su derecho y su obligación.
Por último te pido que le des al Juez
una idea del importe económico de las reparaciones que estimes
necesarias. Por lo menos le servirá para tener una idea de la
importancia del asunto. Pero recuerda la fecha del proyecto y de la
obra, y no me pidas reparaciones de calidad distinta a la de la obra
inicial, o técnicas costosas que ni tan sólo existían cuando se hizo la
obra. En resumen, lo que no creo que me corresponda es tener que dejar
la casa como nueva cuando ya tiene 10 años de edad. Gracias por
entenderlo.
Finalmente, cuando vayas a firmar tu Dictamen, acuérdate de mí, otro arquitecto.
Alguien que algún día puede firmar un Dictamen similar de una obra
tuya, y sin el más mínimo corporativismo, trata de analizar la situación
como si tú mismo fueses el afectado. Reconociendo tus errores pero no
asumiendo las faltas de los demás. Te podría pedir que me tratases como a
un amigo. Pero no lo haré. Me limitaré a pedirte que me trates como a
un profesional que ha tratado de hacer un buen trabajo y tal vez ha
cometido algún error, pero no me trates como un “enemigo a batir” para
tu lucimiento personal. Piensa que tu lucimiento personal sólo se
fundamenta en estos criterios de buen hacer profesional, objetividad,
apoyo normativo, razonamiento y justificación de los hechos y un gran
soporte de conocimientos profesionales expuestos para ser comprendidos
por personas normales, que no entienden de nuestros tecnicismos y de
nuestra jerga profesional.
Gracias por tu interés en escucharme.
Gracias por tratar de comprenderme. Gracias por tu objetividad. Y como
ciudadano de a pie, gracias por tu colaboración con la Justicia.
Un cordial saludo,
AGUSTI BORREL I CALONGE, Arquitecto
Presidente de la Agrupación de Arquitectos Expertos, Periciales y Forenses del Colegio de Arquitectos de Cataluña
Enero- Febrero 1998
fuente: http://blogasemas.com/2014/09/09/carta-abierta-al-amigo-perito/
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