Nuestro país dispone
de un potencial de energías renovables, suma de solar fotovoltaica y térmica,
eólica y biomasa,
de más 400.000
GWh, siendo el consumo actual de energía en edificación de 290.000 GWh,
muy inferior a la capacidad productiva.
Sin embargo en prácticamente ninguna propuesta
de las Instituciones del Estado,
ni a corto, medio o largo plazo, ni en los programas de muchos partidos
políticos se contemplan ni remotamente las posibilidades del sector energético ni la grave urgencia de su
transformación.
Nuestros ciudadanos merecen una calidad de vida acorde con el nivel económico y cultural
de nuestro país en el contexto
europeo, y ello sólo será posible a través
de una política comprometida a corto, medio y largo plazo que optimice
las condiciones para lograr una política decididamente ecológica.
Si consideramos que como término
medio (según las diferentes zonas climáticas los porcentajes son distintos) el habitante menos favorecido de nuestro Estado puede estar empleando hasta un 30% de sus exiguos recursos en el pago de su provisión energética, son
las clases no privilegiadas las que soportan de forma importante el
peso del mercado
energético y, si ello va acompañado, como es frecuente, de problemas de salubridad,
estabilidad, etc., de su
alojamiento, la prioridad política de gestión en la resolución de estas deficiencias es insoslayable, pues es a través de las viviendas como
puede ejercerse una política
ecológica completa
en todos sus aspectos.
La inversión pública debe priorizar la rehabilitación del parque
de viviendas en déficit
de salubridad, de estabilidad y energético,
financiando directamente o a través de los fondos
europeos estos programas, y hacerlo urgentemente. Se considera
el parque de viviendas necesitadas de rehabilitación en
estos conceptos en 10.000.000 de
viviendas hasta el año 2050.
Esta intervención activaría el sector de la construcción no
especulativo, el minorista
y local, tanto referente
a las tecnologías a aplicar como a la creación
de puestos de trabajo productivo
entre las pequeñas y medianas empresas
y ofrecería una alternativa
productiva a las nuevas “burbujas inmobiliarias” en ciernes.
La política
económica del Estado y de las Comunidades Autónomas deberá transcender definitiva e inmediatamente del vasallaje
a los grandes operadores energéticos, productivos y tecnológicos para adaptarse a nuevos parámetros de mercado,
y hacerlo urgentemente no sólo para no retardar la
paridad con los países más avanzados de Europa
sino, en la medida de los posible, ejemplarizar la solidaridad social dentro del Estado y en el entorno internacional, siendo como es
nuestro país excedentario de energías renovables.
En este sentido
es inexcusable definir el posicionamiento de nuestra
legislación respecto de la definición de “Consumo casi Cero”, y hacerlo sin dilaciones para acudir al evento
del mes de diciembre en París
en el grupo de los países que valientemente han dado el paso
del “Consumo casi Cero” de los edificios públicos hacia la “Energía Positiva” (producir
más de lo que se consume). Si
ello es posible
en países como Francia, Dinamarca, etc., en el nuestro, absolutamente privilegiado en soleamiento, topografía e hidráulica, energía eólica,
mareomotriz y biomasa,
este paso es una oportunidad extraordinaria,
obligada e inexcusable.
No menos importante es retomar el camino ya iniciado y frustrado en 2013 que regula la autoproducción energética en cooperación con las
compañías eléctricas según criterios de balance
neto, del mismo modo en que lo hacen otros
países europeos como Italia.
Las instituciones, los agentes políticos y agrupaciones afines responderán ante la historia si no asumen ahora el compromiso ecológico que, por inexorable, conformará
tarde o temprano no sólo la economía del país sino la propia cultura como expresión de la vida de
los pueblos.
Por
ello este manifiesto se dirige a la opinión
pública, pero sobre todo a la clase política,
para que abran sus programas electorales a este
proyecto de sociedad sustentado sobre la ecología entendida como la
relación de los seres humanos entre sí y con el
medio ambiente.