1.
Necesidad de este manifiesto.
1.1.
Las dinámicas
europeas
señalando
el
rumbo de los nuevos modelos de la
sociedad.
Los países líderes en economía
y desarrollo tecnológico
y social de la Unión Europea han optado decididamente por modelos
de sociedad radicalmente ecológicos. Esta realidad sitúa a España en la zaga del proyecto Europeo y como lastre
en el proceso
hacia formas de
vida en armonía
con el medio ambiente.
Sin
embargo nuestro país, por condiciones geográficas, culturales, capacidad, momento histórico, técnico
y social está en unas condiciones óptimas para ser absolutamente
pionero en un desarrollo equitativo basado
en un nuevo modelo ecológico
de sociedad.
1.2. Carta de Aalborg,
Río, Kioto, Copenhague.
Las
cartas, reuniones
y protocolos de Aalborg, Río, Kioto,
Copenhague y la próxima
de noviembre y diciembre
de 2015 en París, son etapas de un proceso
generador de ética ecológica
que ha producido documentos luminosos como “La carta de la tierra” y la Encíclica
“Laudato sí” en defensa de una moral
ecológica que trasciende posiciones políticas, religiosas y culturales.
1.3. Agotamiento de las estrategias dilatorias.
La actitud pactista
de los diferentes gobiernos de nuestro país
con
los operadores del sector energético es vergonzante y debe finalizar urgentemente, para lo que el Estado
debe tomar ejemplo de las actitudes de otos países,
abdicando de estrategias paliativas con el sector energético para facilitar el acceso
social a las energías renovables y reducir drásticamente
los costes energéticos actuales.
2.1. Caudal energético de
nuestro país para
renovables.
En el marco de la Unión Europea el caudal energético de
nuestro país es obviamente privilegiado.
Siendo aproximadamente las necesidades de la edificación actual de 290.750 GWh de energía, tras una rehabilitación que se plantea inevitable presumimos que se reduciría
en un 30%, es decir, resultando necesarios
203.525 GWh, que se
mantendrían estables considerando la eficiencia energética de la futura
nueva construcción futura.
A tenor de lo expuesto, las necesidades energéticas del sector de la
edificación serían fácilmente satisfechas
con renovables en un país como el nuestro, con unas
condiciones climáticas mucho más suaves y favorables que las de
muchos países europeos
2.2.
La tecnología y la técnica
de nuestro país actualmente está preparada y es capaz
(capacitada y solvente).
Nuestro país está tecnológica y productivamente capacitado para abordar
las conquistas energéticas y la recuperación del patrimonio edificatorio en todos sus aspectos, incluidos los
estructurales, de salud
y sociales.
2.3. Compromiso con la historia
de los agentes políticos y sociales.
Las
elecciones generales convocadas para diciembre de 2015,
así como el encuentro en noviembre y en el mismo mes en París, son hitos esenciales sobre los que es inaceptable pasar
de largo.
Los partidos políticos, sindicatos, asociaciones cívicas y religiosas, empresas, etc., junto con la ciudadanía en general,
deben asumir, ante nuestra
propia historia, el compromiso no
sólo de un cambio de rumbo radical
en política medioambiental, sino proponer
además los objetivos ecológicos, relación de los
seres humanos
entre sí
y
con el medio ambiente, como protagonistas del modelo de Estado a corto, medio y largo plazo.
Existe una correlación entre el deterioro
de la naturaleza y el deterioro de las condiciones laborales junto con la exclusión social de muchas personas.
El prioritario generar sistemas de protección de la naturaleza y de redistribución que permitan la incorporación de los excluidos.
2.4.
Objetivos de este
manifiesto:
2.4.1.
Reivindicar la urgente necesidad de priorizar
la moral ecológica, en su
amplio sentido,
sobre el mercado.
2.4.2.
Colocar al país en posición de afrontar las necesidades que tienen las generaciones actuales
dando un aldabonazo en las conciencias y llamando la atención de una forma radical sobre los problemas y soluciones ecológicas, acompasando al menos a los países más convencidos y activos en ello, cuando
no superándolos por nuestras
especiales condiciones
favorables.
2.4.3.
Hay que convencerse y convencer
de que esta moral ecológica supone un nuevo modelo mucho más rico en economía que el
sistema caduco actual, e insuperablemente más justo en todos
los demás aspectos.
2.4.4.
Denunciar la pasividad
política sobre la
inevitable transformación
de los modelos económicos-sociales.
No
caben dilaciones ni contemporizaciones con el actual
sistema de mercado. Éste supone unas tremendas
desigualdades entre los seres humanos
que deben ser radicalmente anuladas, de forma que el bienestar de todos los seres humanos sea prioritario, lo que exige un nuevo orden
que la ecología muestra como necesario e inevitable.
El mercado energético se asemeja a un rinoceronte lanzado en su insaciable carrera contra los miles de millones de
habitantes que no alcanzan a sumar el patrimonio de los 50 dueños
del animal desbocado. Sólo caben 2 estrategias… La dura, disparar y acabar con él y su carrera… Y la blanda,
a
corto plazo lanzarle
las redes, envolverle con ellas y ralentizar su
marcha hasta detenerla; a medio plazo enjaularle,
alimentándole sólo en lo imprescindible para su estricta
subsistencia biológica; y a largo plazo, domesticarle
integrándolo vasallo en las relaciones humanas.
2.4.5.
Incorporar a todos los imputados en la intervención sobre el
entorno social y ambiental en los urgentes
procesos de recuperación del medio ambiente.
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